El Reiki es una terapia alternativa que consiste en canalizar e irradiar Qi, o energía vital, a través de técnicas de imposición de manos. Sin embargo en ocasiones se confunde esta terapia con algunas prácticas religiosas, de igual modo se ignora cómo funciona y en qué niveles de lo humano actúa. En este artículo pasaremos revista a esta técnica energética para la salud física, emocional y espiritual; aprenderás también cómo hacer una sesión de autoreiki.
¿Qué es el reiki?: Orígenes
El origen del reiki se remonta a 1922, año en que fue creado por el maestro japonés Mikao Usui. El ideograma, o kanji, está formado por dos raíces: “Rei”, que simboliza la energía celeste, cósmica, y “Ki” que significa energía física, orgánica. Así, el reiki busca que estas dos energías estén de acuerdo entre sí, como dos instrumentos musicales que se encuentran afinados en conjunto.
Como se podrá advertir, en la base del reiki se encuentra el milenario arte del Qi Gong, práctica que recibió el Sensei Mikao Usui en el monasterio de Tendai, donde vivió desde los cuatro años hasta pasada la adolescencia.
Luego de obtener el satori (la liberación del budismo Zen) tras un retiro de 21 días de ayuno y meditación, Usui recibe el don de la sanación.
Luego de intensas investigaciones descubre el Reiju (método de transmisión) y el Hatsurei-ho (limpieza de cuerpo, mente y espíritu).
Es entonces cuando une todos sus conocimientos y crea el Usui Reiki Ryoho Gakkai (Asociación de Reiki por el Método de Sanación Usui) en Tokio.
De este modo, lo que en un comienzo fue una forma intuitiva de sanación, se convierte posteriormente en un método sistematizado que permite tratar a los pacientes de manera más eficaz, así como trasmitir de manera pedagógica la enseñanza del reiki,
¿Qué es el Reiki?: Su filosofía
Todo sistema terapéutico serio y confiable, está precedido y acompañado por una filosofía. Es el caso de la Medicina Tradicional China, que tiene como fundamento al taoísmo; o del Ayurveda, que no puede separarse del resto de las enseñanzas védicas.
Aunque el reiki no alcanza a constituir un sistema filosófico completo, posee unos principios que le sirven de filosofía. Estos preceptos fueron tomados por el Sensei Mikao Usui de su recorrido por diferentes escuelas budistas, y pueden compendiarse en los siguientes:
- Vivir una vida tranquila
- Mantener la paz en mental
- Agradecer la vida
- Disfrutar toda actividad que se realice
- Convivir en armonía con el entorno, humano y natural
¿Cómo se puede aprender reiki?
El aprendizaje del reiki es progresivo, por eso se divide en cuatro niveles. En el primer Nivel, o shoden, se introduce al aprendiz en la técnica del reiki, se entrena para trabajar el plano físico y la autosanación.
En el segundo nivel, u okuden, se enseña el método para sanar a los demás. En el tercer nivel, o shinpiden, se enseña a canalizar la energía con el objetivo de aumentar los estados de consciencia. En el cuarto y último nivel, gokuikaiden, el aprendiz se convierte en maestro reiki, entonces puede enseñar lo aprendido.
¿Cómo es una sesión de reiki?
La duración de una sesión de reiki es de aproximadamente cuarenta y cinco minutos. Comienza con el paciente acostado en una camilla, descalzo y vestido. Durante el tratamiento se puede usar alguna música especial de reiki y se puede ocasionalmente hacer sinergia con aromaterapia.
Luego el terapeuta hace una breve historia clínica del paciente y se hace una lectura energética del mismo. Esto quiere decir que se observa cómo se encuentra el cuerpo sutil del paciente: canales, aura y chakras.
Una vez se ha detectado el estado de las estructuras energéticas del paciente, débiles o en defensa, por ejemplo, se relaciona este estado con la situación cotidiana por la que está pasando el paciente, y de acuerdo a este diagnóstico se hace una armonización energética.
El terapeuta suele hacer alguna invocación para conectarse con la energía y solicitar permiso para sanar a la persona que busca ayuda. Luego comienza el proceso de imposición de manos, situándolas en una serie de ubicaciones del cuerpo del paciente sin hacer contacto con su piel. Es el momento en que la Energía Reiki fluye.
Durante el tratamiento, el paciente suele sentir una relajación profunda y sensación de paz. Algunas personas se quedan dormidas durante la sesión o entran en un estado de somnolencia entre la vigilia y el sueño.
Reiki a distancia
El Reiki a distancia parte de los mismos principios energéticos que el presencial. Consiste en enviar la energía sanadora a personas que no se encuentran en el mismo espacio físico que el terapeuta.
En algunas modalidades, el sanador puede enviar energía reiki también a situaciones pasadas que se necesitan sanar, e incluso a situaciones futuras, con el fin de prepararlas saludablemente.
Se dice en los ambientes de sanación que en el reiki a distancia el receptor obtiene los mismos efectos, sensaciones y beneficios que en una sesión presencial.
Autoreiki
Lo primero que se debe hacer es elegir un lugar tranquilo. Puede ser dentro o fuera de la casa, pero debe ser un sitio en el que no suframos interrupciones. Debemos buscar una posición corporal en que la columna se encuentre recta, y no obstante la espalda no se tensione. Sedente, preferiblemente.
Al pasar de un movimiento a otro debe hacerse con suavidad, primero una mano y luego la otra. Imagínate que tus manos son imanes y poseen luz. Es preferible mantener los ojos cerrados las primeras veces.
Para comenzar se hacen tres respiraciones lentas y profundas, luego se juntan las manos y se invoca la energía reiki. A continuación se deben hacer cada uno de los movimientos durante unos tres minutos cada uno.
Posición 1
Se ubican ambas manos a los costados de la nariz sin llegar a tocarla. Hay que tener siempre presente que los brazos deben estar relajados, igualmente las manos y los hombros. Entonces es cuestión de poner toda la atención en el momento presente dejando que la energía circule a través del cuerpo y se ubique en las manos.
Para ello es conveniente tener en todo momento consciencia de las manos, sentirlas. No se trata de imaginar nada, solo de sentir las manos y la energía que circula a través de ellas.
Luego, si surge de forma espontánea, se puede llevar la atención al centro del corazón, o a la palabra Reiki,
Posición 2
Sin dejar de hacer contacto, se llevan las manos a la segunda posición: encima de la cabeza. Nuevamente se relajan hombros y brazos. Se mantiene la atención en las manos.
Puede visualizarse el canal central de sanación: comienza en el chakra coronario, desciende hasta el corazón, y de aquí se divide en dos, uno que llega hasta la mano derecha, y el otro que termina en la mano izquierda. Se repite de nuevo, y a intervalos regulares, la palabra reiki.
Posición 3
Sin dejar de hacer contacto con el cuerpo, se pasa la posición 3: detrás de la cabeza. Es importante tener en cuenta que los dedos de las manos nunca se entrelazan. En este movimiento no importa si la mano que queda arriba es la derecha o la izquierda.
Esta es una posición muy familiar, pues es la que cotidianamente hacemos para descansar cuando apoyamos la cabeza sobre la almohada. Esta es una posición, además, que ayuda a la relajación y alivia tensión craneal así como dolores de cabeza.
Posición 4
De nuevo llevamos muy poco a poco las manos, sin perder contacto, a la nueva posición, esta vez sobre las orejas. Primero una mano y después la otra. Se debe recordar que una vez obtenida una nueva posición, se debe poner atención a relajar manos, brazos, hombros y espalda.
Es posible que la energía que se genera en estos movimientos se sienta al mismo tiempo en la zona en que se posan las manos y en otras partes del cuerpo que no están siendo tocadas. Esto se debe a la resonancia inteligente de la energía, y es completamente normal.
Posición 5
Lentamente dejamos que las manos se deslicen hasta la zona de la garganta y timo. Esta es una zona especialmente vulnerable en términos de salud, por lo que este movimiento es especialmente efectivo para aumentar la respuesta inmune.
Como se observa en la figura, una mano debe permanecer en la garganta y la otra sobre el timo. Ambas descansando suavemente sobre el cuerpo. Manteniendo la atención en las palmas de las manos, en la energía reiki que por ellas circula, respirando con suavidad.
Posición 6
Ahora conducimos suavemente, sin movimientos bruscos, las manos a la siguiente posición: una mano a la altura del corazón y la otra por debajo de él, como muestra la ilustración. Esta es una zona que necesita cotidianamente activarse energéticamente, pues es aquí donde se experimenta la presión del entorno, las emociones en toda su gama de manifestación.
Quizá no haya algo más sencillo que aliviar un miedo o una tristeza que haciendo esta posición de reiki. Si se nota la forma en que se encuentran las manos en este movimiento, se podrá advertir que dan la sensación de estar protegiendo y cuidando al corazón. Y de hecho este es el efecto energético que se logra.
Posición 7
Con suavidad y lentitud se dejan bajar las manos hasta el vientre. Aquí con el dedo medio de cada mano se señala al ombligo. Una mano a cada lado de este. En este movimiento se ayuda a que todo aquello que no se ha digerido, de forma material o sutil, se diluya.
La vida, el tiempo, van dejando experiencias de las cuales nos cuesta reponernos, con esta posición se facilita este proceso. Nuevamente debe mantenerse la atención en las manos, en la energía que la recorre. Aquí nos mantenemos por tres minutos más.
Posición 8
Primero una mano, después la otra, avanzamos lentamente hacia la nueva posición: las dos manos, en “V”, no directamente sobre la zona genital, sino un poquito más arriba. En este movimiento se sugiere que los dedos se rocen. Los dedos de cada mano juntos, con la atención en esta importante zona energética del cuerpo.
Es importante señalar que en todos los movimientos, se debe procurar que los dedos de cada una de las manos se encuentren lo más juntos posibles, sin que esto llegue a generar tensión muscular, esta posición aumenta e flujo de la energía reiki.
Al terminar el último movimiento permanecemos en quietud por un momento, con las manos en el centro del corazón.
Reiki: ventajas
Entre las muchas ventajas que tiene el reiki, hemos decidido señalar las 10 más importantes. Estas son:
- Es un reductor eficaz del estrés, generando equilibrio y bienestar de forma integral
- Constituye un armonizador energético
- Acelera la habilidad natural del cuerpo para auto-sanar
- Incrementa el rendimiento fisiológico de células y órganos
- Aumenta la respuesta inmune
- Es un promotor de la salud mental
- Es un excelente coadyuvante en terapias de regeneración celular como la usada en las enfermedades autoinmunes
- Es efectivo para tratar dolores de todo tipo
- Ayuda en el tratamiento de un número importante de enfermedades
- Se puede usar para curar plantas y animales