El I Ching, es una obra fundacional de la cultura china. Su influencia no se restringe a la filosofía, el arte y la literatura, sino que traspasa todos los aspectos de esta tradición. La Medicina Tradicional China (MTC) no escapa a esta influencia, y en efecto, el libro de las mutaciones, como también se le conoce, era y sigue siendo usado en las consultas de MTC. En este artículo veremos una de sus aplicaciones en medicina más efectivas.
La historia del I Ching
Mitológicamente, el I Ching es atribuido al emperador Fu Shi. En cuanto a su historia, es difícil ubicar el libro de las mutaciones en un periodo preciso, pero sabemos que los primeros comentarios hechos al libro datan del año 1150 antes de nuestra era.
Ahora bien, el I Ching posee dos usos: el sapiencial y el oracular. Efectivamente, en la más remota antigüedad el libro fue usado para predecir los acontecimientos futuros. Posteriormente, con las incorporaciones del Rey Wen, el Duque de Chou y de Confucio, el libro adquirió un carácter sapiencial; en otras palabras, se usó para saber el modo correcto de actuar ante los acontecimientos que el libro predecía.
El libro oracular
En la antigüedad china los oráculos eran de uso corriente. Así, el I Ching consistió originalmente en una forma de predicción ante un suceso que estaba por realizarse. La respuesta que se obtenía era “sí”: un trazo entero –, o no, un trazo partido – –.
De esta forma binaria, o Yin Yang, surgió posteriormente la necesidad de hacer distinciones más precisas, por lo cual aparecieron por combinatoria lo que se conoce como los ocho trigramas, u octograma de Fu Shi.
Posteriormente, como resultado de la combinatoria de estos 8 trigramas surgen los 64 signos (8 x 8). Lo cual proporciona todas las posibilidades arquetipales de interpretación de los fenómenos y situaciones existenciales que pueden presentársele a un humano a lo largo de su vida.
El libro sapiencial
El Ta Chuang o libro sapiencial, como se le conoce también, está formado por comentarios filosóficos y éticos. Estos fragmentos se ofrecen en cada signo para que el consultante cuente con una orientación y sepa el modo correcto de obrar con respecto a lo que le depara el futuro.
El I Ching sapiencial postula que todo está sujeto a cambio, sin embargo hay algo eterno que no cambia, y que sirve de referencia para todo lo mutable. Se trata del Tao, ámbito espiritual de donde, de acuerdo al taoísmo, surge la enseñanza.
De este modo lo expresa el más conocido traductor del libro de las mutaciones, Richard Wilhelm:
El uso del I Ching en la consulta médica
Aún hoy en día, algunos terapeutas usan el libro de las mutaciones para tener un pronóstico oracular del tratamiento de un paciente en particular. Este hecho parte de la creencia de que el día, el mes y el año de nacimiento de un paciente, por una parte, y el día, el mes y el año de una consulta, por el otro, arrojan una imagen susceptible de ser interpretada.
Y en efecto, Jung denominó a este fenómeno a-causal, pero coincidente, sincronicidad. Una vez sepamos cómo se consulta el I Ching (recordemos siempre que los números impares forman una línea entera y los pares una partida) podemos hacer la prueba para comprobar por nosotros mismos si funciona.
I Ching y sincronicidad
Para obtener el hexagrama que consultaremos en el I Ching, debemos seguir el siguiente procedimiento: Primero obtendremos el trigrama superior del siguiente modo. La primera línea, de arriba hacia abajo, la constituirá el día de nuestro nacimiento. Si el día es superior a 9 se realizará una suma pitagórica, por ejemplo: 12: 1+2= 3.
Teniendo ya la primera línea del primer trigrama, pasemos a la segunda línea. Esta será el mes de nuestro nacimiento, por ejemplo, febrero sería 2.
Y contando ahora con las dos líneas superiores del trigrama superior, pasemos a la última línea. Esta será el año de nacimiento. Por ejemplo, 1990: 1+9+9+0= 19: 1+9= 10: 1+0= 1.
De este modo tenemos el primer trigrama, el superior, formado por los números, en orden descendente: 3, 2, 1. Es decir, 3: línea entera, 2: línea partida, 1: línea entera. Que es el trigrama Li: La claridad.
El trigrama inferior lo formaremos de igual manera que el superior, pero no con la fecha de nuestro nacimiento sino con el día, el mes y el año en que hacemos la consulta. Si se hace hoy la prueba (23-03-2020), tendríamos el número 5 como línea superior, el tres como línea intermedia, y el cuatro como línea inferior. 5: línea entera, 3: línea entera, y 4: línea partida. Esto daría el trigrama Sun: El viento.
Uniendo los dos trigramas resulta el signo 50: El Caldero: arriba el fuego, abajo el viento. De esta manera, alguien que haya nacido en la primera fecha del ejemplo, y que consulte a un médico chino en la segunda fecha del ejemplo, obtendrá así un pronóstico de su tratamiento dado por el I Ching.