¿Quién no conoce el divino placer de los masajes en los pies, pero sin embargo, cuantos desconocemos los beneficios de esta maravilla denominada reflexología? En las siguientes líneas te revelaremos la magia que existe bajo tus pies, en tus mismos pies.
Sin duda alguna, los pies cumplen un papel muy significativo en nuestras vidas. Son nuestra base. Los pies son la plataforma en cual recae todo nuestro peso corporal haciendo posible nuestro ir y venir de cada día. Aun así, no los reconocemos con la suficiente importancia. A estos excelentes amigos de allí abajo que tanto y tan bien facilitan nuestra movilidad, no los tratamos con la importancia que se merecen. Casi nunca los otorgamos un cuidado adecuado, y menos aún, tratamientos especiales. Lo cierto, es que no hay mejor manera de tratar a estos dos amigos que haciéndoles unos buenos masajes.
Pero entremos ya en materia respecto a la reflexología:
Los expertos del masaje reconocen desde hace mucho tiempo la relación directa entre las extremidades y los diferentes órganos internos, siendo estos representados como en un mapa en la misma planta de nuestros pies. Este mapa, aunque no lo creas, está en relación directa con el sistema nervioso. Las plantas de los pies incluyen —como ninguna otra parte de nuestro cuerpo—, más glándulas sudoríparas y sensibles terminaciones nerviosas por centímetro cuadrado. Nada menos que más de 7200 terminaciones distribuidas por todo el pie. Así ocurre, que al aplicar masajes en las distintas zonas de los pies, lo que estaremos haciendo en realidad es estimular los órganos del resto del cuerpo, mediante las terminaciones nerviosas con cuales se conectan.
Hay que saber, que el masaje es una medicina alternativa para aliviar la tensión o el dolor de nuestros músculos, pero también, una de las posibles formas de curar ciertas condiciones de salud. Lo masajes, además de la obviedad de ser placenteros, son también beneficiosos para la salud.
A continuación, en caso de que tengas dudas, te presentamos una lista de motivos que harán que los masajes en los pies, se conviertan en tu hábito diario preferido para antes de dormir:
El sistema inmune se vigoriza:
Hoy en día el estrés es un mal que sufren millones de personas, y que en realidad nos influye a todos de una forma directa o indirecta. Incluso se cree, dado que no existen estudios concluyentes, que el estrés a largo plazo puede afectar al sistema endocrino. Un buen masaje en los pies asegura prevenir los problemas de salud asociados con el estrés, ayudando a fortalecer al sistema inmunológico del cuerpo. El masaje en los pies favorece el drenaje linfático y permite que los músculos se tonifiquen, creando por ello un poderoso efecto de relajación en el cuerpo que podrá ser percibido de forma instantánea, aliviando la mente y el cuerpo de su tensión.
Renovación y estimulación de la energía vital:
La energía vital —más olvidada incluso que nuestros pies—, es aquella fuerza que nos ayuda a conseguir cada día las metas que nos proponemos, y la que precisamos para vivir de un modo activo y con alegría. Los especialistas de la reflexología aseguran que los bloqueos energéticos que puedan tener nuestro cuerpo, se liberan con los masajes en los pies, logrando así movilizar esta energía vital, la cual podemos denominar chi, pneuma, prana, ki, o de cualquier otra manera.
El cuerpo entero se llena de vigor después de un buen masaje en los pies, y su estimulación favorece la revitalización de todo nuestro ser, además ofrecernos el flujo sano de nuestra energía.
Una circulación sanguínea equilibrada:
La circulación es una de las funciones del cuerpo más importantes, dado que la sangre se encarga de suministrar oxígeno al cerebro y a todos los órganos vitales, ayudando al crecimiento y renovación de las células de nuestro cuerpo. Es evidente que un flujo sanguíneo aquejado nos puede crear graves problemas de salud, y por lo tanto, es muy importante que cuidemos nuestra circulación con responsabilidad y esmero. El relajamiento proporcionado a través de los masajes en los pies actúa beneficiosamente en la circulación, mejorando la presión arterial y activando el movimiento sanguíneo.
Una piel sana:
La piel defiende al organismo de las acciones externas, creando una barrera segura contra los microorganismos infecciosos. Después de los masajes de pies se obtiene una piel más suave, elástica y limpia de células muertas, eliminando también el exceso de grasa de la que pueda verse afectada. Además, los masajes ayudan a impedir la formación de arrugas y de líneas de envejecimiento.
Mejorando la circulación en los tejidos, los masajes intensifican los procesos de expulsión en las glándulas sudoríparas y sebáceas, activando el desarrollo enzimático que hace surgir una nueva estructura de la piel. Asimismo, acelera la eliminación de histaminas y acetilcolina mejorando la actividad muscular.
Armonizando la mente y el cuerpo:
Una mente equilibrada y un cuerpo armonioso libre de cansancio y estrés, pueden conseguirse a través del masaje animando así la homeostasis, la cual, es la tendencia al equilibrio o estabilidad del organismo dirigida a conservar las constantes fisiológicas.
La homeostasis se encuentra continuamente alterada por la fatiga y el agotamiento psíquico, que hace que los estímulos desequilibrantes afecten nuestro organismo. Para lograr un estado de equilibrio interno, el masaje de los pies ofrece una de las alternativas más placenteras y relajantes que podemos encontrar hoy en día.
Técnica de masaje:
Para realizar un buen masaje en los pies se deben tener en cuenta un par de técnicas fáciles de practicar.
Antes de empezar el masaje, sumerge los pies en agua tibia durante 10 minutos aproximadamente, a fin de sosegarlos. Después, encuentra una posición cómoda, apoyando el pie derecho sobre la rodilla izquierda o viceversa.
Con una música relajante y la utilización de un aceite o loción, conseguiremos que el masaje sea más placentero, pero también más eficiente. Con los pulgares de tus manos, comienza a presionar moderadamente la planta de los pies con movimientos circulares, siempre en el sentido contrario al de las agujas del reloj. No hay que olvidar masajear cada uno de los dedos de cada pie, y el espacio que hay entre cada uno de ellos.
Con el masaje localizarás los puntos más molestos, ya que el dolor de esas zonas indicará que el órgano reflejado está funcionando irregularmente, y requerirá de una mayor estimulación y atención. Haz el masaje enfocado en dichas zonas y ejerciendo una presión constante. Posteriormente, repite el proceso con el otro pie.
Este proceso te dará una mañana energética brindando beneficios a todo tu cuerpo.