La Tierra, siempre generosa con sus frutos, nos ofrece una multitud de posibilidades para nuestro beneficio, pero es nuestro conocimiento el que nos acercará a dicha generosidad para poder alcanzar un óptimo equilibrio y bienestar.
De la familia de las Zingiberáceas, de las que se destacan unos cincuenta géneros y más de 1300 especies, os presentamos el Zingiber officinale, más conocido como jengibre.
A continuación, veremos algunas de las principales afecciones que combate esta planta tan extraordinaria, y más concretamente, su rizoma (tallo subterráneo que se extiende de un modo horizontal —similar a las raíces— de donde surgen brotes y raíces de sus nudos).
Recordemos que estamos hablando de una raíz con al menos 40 acciones farmacológicas y gran cantidad de activos terapéuticos. Utilizada en la medicina tradicional de los países asiáticos desde hace más de veinte siglos, el jengibre ya era conocido por sus efectos positivos ante dolencias cardiovasculares por ser un excelente vasodilatador y un anticoagulante. Además, hoy conocemos que es un gran aliado contra el colesterol por su rico contenido en ácidos omega-3.
El jengibre fresco contiene un componente activo llamado gingerol que es un potente antiinflamatorio además de un analgésico, pudiendo aliviar muchos tipos de dolores —de cabeza, menstrual, de dientes y muelas, y muchos más—. Reduce las dolencias reumáticas, artríticas y articulares, mejorando también la movilidad de las zonas afectadas de osteoartritis o artritis reumatoide.
Se han hecho varias investigaciones sobre la cualidad del jengibre de inhibir las inflamaciones. En el año 2001 se consiguió reducir el dolor de rodilla en personas con osteoartritis, y en el 2013 se obtuvo una reducción significativa en el dolor muscular en mujeres atletas. Incluso se ha mostrado que el jengibre es tan efectivo como el Ibuprofeno al conseguir aliviar el dolor causado por cólicos menstruales en mujeres, así como equiparable al Sumatriptán por reducir de un modo considerable los dolores de cabeza generados por migrañas.
Siendo un antivomitivo natural, la raíz del jengibre ha sido usada también para tratar las náuseas y las emesis (vómitos) asociados con el embarazo, consiguiendo disminuir los mareos y el sudor frío. Asimismo, el jengibre puede utilizarse para tratar las molestias asociadas al síndrome de fatiga crónica.
Otros beneficios conocidos del jengibre son antiparasitarios y carminativos, aliviando los problemas digestivos como los gases, diarreas bacterianas y meteorismos, pudiendo por ello mejorar el tracto gastrointestinal al tener cierto efecto prebiótico muy beneficioso para la flora bacteriana. Por si esto fuera poco, el jengibre elimina las infecciones fúngicas y bacterianas como la helicobacter pyroli, cuyas secreciones de amoniaco con cuales se protege de los jugos gástricos, son las responsables de la aparición de muchas de las comunes úlceras. Por lo tanto, esta excelente raíz llamada jengibre previene los riesgos de úlcera y gastritis dado que activa los procesos digestivos, estimula el estómago y restaura el apetito de forma natural sin ningún efecto negativo. Y es que el jengibre disminuye la acidez estomacal protegiendo la mucosa intestinal, siendo por ello muy recomendable su toma en infusión después de las comidas.
Veamos como:
Infusión de raíz de jengibre para 1 persona:
Hervir el agua en la cantidad que corresponda a una taza. Ya en ebullición, añadir una cucharadita de jengibre y retirar del fuego. Dejar reposar evitando la evaporación (tapando el cazo) y colar pasados unos minutos. Añadir miel (preferiblemente natural) para edulcorar.
La raíz del jengibre se puede consumir de forma interna o aplicarse de forma externa directamente sobre la zona afectada.
Las formas en cual se puede encontrar la raíz del jengibre son estas:
- Raíces frescas.
- Raíces secas.
- Jengibre en polvo que obtendremos moliendo la raíz seca.
- En conserva o confitado, al cocinar las raíces tiernas en un sirope de azúcar espeso.
- Jengibre cristalizado que también se cocina en sirope de azúcar, el cual se deja secar y se recubre con azúcar espolvoreado.
- Jengibre encurtido el cual se obtiene cortando en tiras muy delgadas y metiéndolas en vinagre. Como curiosidad, a este encurtido se lo denomina en Japón “gari”, y a menudo se sirve con el sushi para refrescar el paladar entre cada plato.
Por último, para ser fieles al título de este artículo, te ofrecemos una buena manera para hacer que el jengibre pueda refrescarte de una forma saludable cuando el calor se haga presente.
Con la siguiente receta podrás hacer el conocido «ginger ale». Un refresco originario de Inglaterra muy fácil de preparar que no te llevará mucho tiempo, aunque requerirá de un poco de tu paciencia. ¡Vamos con ello!
Receta de refresco de jengibre o «ginger ale»:
En una botella vacía de plástico de 2 litros, echar por un embudo unos 50 gr. (aprox.) de jengibre rallado, el zumo de un limón recién exprimido, una cucharadita de levadura y media taza de azúcar. Seguidamente, añadiremos agua sin llenar la botella del todo, dado que en el proceso de fermentación la levadura producirá gas, y por lo tanto creará presión. Cerrar la botella y agitarla con moderación.
Pasado un día, tendremos que abrir la botella lentamente para liberar el gas. Luego, bastará con enfriarla en la nevera y ya estará listo nuestro saludable refresco de «ginger ale».
Los riesgos del consumo de la raíz del jengibre son reducidos, aunque se debe tomar en cantidades bajas y con moderación. Ante cualquier duda, siempre recomendaremos que consultes con tu médico habitual.