¿Cómo escribir la biografía de Jung? No se crea que la pregunta es ociosa, pues resulta curioso hacer la biografía de alguien para quienes los hechos históricos de su vida no eran importantes e incluso se le hacía difícil recordar. Pero en cambio, los hechos interiores, su encuentro con el mundo del inconsciente, conformaban la fuente misma de su autoconocimiento, y en efecto, estos “choques” con lo inconsciente, nunca los olvidó.
Y es que los sueños y la fantasía constituyen la materia prima de su actividad científica. Se puede afirmar que el método con el que Jung llega a sus hallazgos es un proceso creativo que termina dando con resultados científicos.
Esto es totalmente coherente con el tipo de exploración a la que Jung dedicó toda su vida: el viaje interior. Ahora bien, siendo que en Occidente se ha dado más importancia a la exploración geográfica, hasta el siglo XIX, y a partir de la segunda mitad del siglo XX a los viajes hacia el espacio exterior, es justo reconocer que Jung es un pionero en la indagación de los misteriosos mundos de la psique. Así lo refiere sabiamente Murray Stein:
Se podría decir que lo que John Gleen y Neil Armstrong representan como exploradores del espacio exterior es lo que Jung representa en la exploración del espacio interior, un valiente e intrépido viajero hacia lo desconocido.
Murray SteinAunque existen varias biografías de Jung, la fuente más confiable la constituye su autobiografía: Recuerdos, sueños, pensamientos, que contó con la colaboración de Aniela Jafeé. Y es en este libro que hemos basado este acercamiento a la biografía de Jung.
Biografía de Jung: Infancia
Carl Gustav Jung nació el 26 de julio de 1875 en Kesswil, Suiza. Provenía de una familia con intereses médicos y religiosos. Y no es casual que le dieran el nombre de su abuelo, un médico alemán profesor de la universidad de Basilea. Mientras que el padre de Carl era pastor especialista en estudios clásicos y orientales.
Desde muy pequeño, alrededor de los seis años, comenzó a estudiar latín con su padre. La biografía de Jung, de cualquiera de sus autores, señala que cultivó durante toda su vida el estudio de este idioma, lo cual le sirvió para interpretar muchos de los textos antiguos que usó en sus investigaciones.
Su interés por la antropología, la historia y las religiones comparadas parece provenir de su temprana lectura de un libro ilustrado sobre religiones exóticas que su madre le regaló en la infancia.
La infancia de Jung anterior a la educación formal transcurrió en una enriquecedora soledad, en sus memorias cuenta cómo los acontecimientos que marcaron su infancia, y los que recuerda con mayor nitidez, tienen que ver con sus sueños de entonces, así como con las cavilaciones y fantasías que le tomaban la mayor parte del tiempo.
Todo esto en un contacto permanente con la naturaleza: constantes paseos al lago de Constanza, al lado del cual vivía, y a las montañas circunvecinas.
En 1879 la familia se mudó a un suburbio de Basilea, donde nació su hermana Gertrud. Fue en este lugar donde hizo su escolaridad formal.
Biografía de Jung: Estudios universitarios y primeros años de profesión
Al salir de la escuela secundaria, Jung se siente atraído tanto por las ciencias biológicas como por la filosofía, abrigando la esperanza, no obstante, de ser arqueólogo. Viéndolo en perspectiva, desde este momento, se puede percibir que Jung cumplió con sus aspiraciones vocacionales.
Nos referimos a que estudió Medicina, y nunca descuidó su formación filosófica, hecho notable al advertir la influencia de Paltón y Kant en sus ideas. Pero también, de un modo analógico, se convirtió en arqueólogo, pues sus estudios de la psique humana desenterraron los hallazgos arqueológicos más antiguos de la humanidad: los arquetipos.
Su decisión de estudiar una carrera científica estuvo determinada por un sueño que tuvo en los días en que le tocaba decidir su futuro profesional:
Me encontraba en una oscura foresta que se extendía a lo largo del Rin. Llegué a una pequeña colina, un terraplén mortuorio, y empecé a cavar. Al rato, para mi sorpresa, extraje algunos huesos de animales prehistóricos. Me sentí profundamente interesado, y en ese momento lo supe. Tenía que estudiar la naturaleza, el mundo en que vivimos y las cosas que nos rodean.
Recuerdos, sueños, pensamientosEl hecho de Estudiar Medicina, concretamente, se debió a que constituía un campo científico en el que podía ganarse la vida adecuadamente. Así, ingresó a la Universidad de Basilea. Los estudios formales de psiquiatría le llegaron a interesar en su último año de carrera cuando conoció el Tratado de Psiquiatría de Krafft Ebing.
Al graduarse, fue asignado como médico asistente en el Hospital Psiquiátrico Burghölzli de Zurich, del cual el famoso psiquiatra Eugen Bleuler era el director. Cinco años después fue designado Médico Jefe del hospital y profesor de Psiquiatría en la universidad de Zurich. Comenzó a atender pacientes en su consulta privada.
La biografía de Jung establece que en 1903 se casó con Emma Rauschenbach con quien tuvo cuatro hijas. Y ya en 1909 su trabajo como psiquiatra privado era tan remunerativo que renunció tanto al hospital como a su cátedra en la universidad. Fue entonces cuando se dedica a escribir y viajar.
Biografía de Jung: interés por el ocultismo y los sueños
Durante toda su vida Jung se interesó por los sueños. Consideraba que su vida interior estaba más plena de acontecimientos que su vida exterior. Este interés por los sueños aumentó a medida que estudiaba su propia psique y tenía más experiencia clínica con sus pacientes.
Por su parte el interés por el ocultismo surgió desde muy pequeño, con la lectura de aquel libro de religiones orientales que ya referimos. Pero siendo estudiante de Medicina, y en ocasión de un viaje de verano que hiciera a su casa, este interés se intensificó.
Efectivamente, en esa ocasión tuvo la oportunidad de conocer a una prima suya que era médium espiritista y de presenciar por sí mismo algunos fémenos paranormales que lo dejaron atónito. La muchacha, que era bastante inculta, comenzó, en trance, a hablar en pomposo alto alemán en vez del corriente y acostumbrado dialecto suizo. También observó cómo se sucedían ante sus ojos algunos fenómenos de telequinesis y telebulia.
Estos dos intereses, los sueños y el ocultismo, se harían con el correr del tiempo los pilares de su obra. Y en efecto, no puede concebirse la psicología profunda analítica sin estos dos factores. El primero por su carácter diagnóstico del inconsciente, tanto individual como colectivo, el segundo porque le sirvió a Jung durante toda su carrera para amplificar sus interpretaciones del mundo onírico.
Biografía de Jung: encuentro con Freud
Jung relaciona el inicio de su proceso espiritual con sus comienzos en la psiquiatría. A medida que iba pasando el tiempo, y su experiencia clínica aumentaba, pasó de ver pacientes psicóticos a centrarse cada vez más en los neuróticos.
Debe saberse que hasta el momento, la psiquiatría era puramente biologicista, se entendía la enfermedad mental como el desarreglo del sistema nervioso. Jung, en cambio, estaba a la caza de las razones de la enfermedad mental en el alma misma (pique).
Esto lo llevó a desechar la mayor parte de la literatura psiquiátrica de la época con excepción de los escritos de Breuer y de Pierre Janet, así como a los recientes descubrimientos de Freud. Especialmente el método de análisis de los sueños y su interpretación. En 1909 Jung había leído la Interpretación de los sueños de Freud.
Ahora bien, para el momento, la obra de Jung (todavía sin publicar) comenzaba a tomar forma. Su idea del inconsciente colectivo (una especie de archivo mental de la humanidad que incide en nuestra conducta sin que lo notemos) ya estaba a punto de eclosionar, y cuando le insinuó a Freud de qué se trataba, este lo descalificó argumentando que la única mente inconsciente que existía era la individual, y que ese era su descubrimiento.
Mientras duró la relación entre ambos estudiosos de la psique, Freud se encargó de que el joven y aún tímido Jung se mantuviera en un segundo plano, trató de hacer las veces de maestro y padre, y si bien Jung le estaba agradecido por esta distinción y la enseñanza, consideraba también que la influencia de Freud le impedía desarrollar sus propias ideas.
Fue en este ambiente de gran tensión que transcurrió la relación entre Jung y Freud. Hasta que el primero comprendió cabalmente que había llegado el momento de la emancipación, pues de no hacerlo, su vida espiritual hubiera colapsado, ya que Freud reducía todo a la idea de represión sexual, y Jung en cambio, consideraba que en la base de la mayoría de las psicopatologías se encontraba una búsqueda espiritual desorientada.
Freud, por otra parte, era un materialista que no daba importancia a los denominados fenómenos paranormales, mientras que Jung consideraba que estos explicaban, y servían de prueba, a fenómenos psíquicos que hasta el momento no se encontraban resueltos.
Y fue por esta vía que la relación entre ambos colapsó. Cundo Jung visitó a Freud en Viena en 1909, le interesaba oír sus opiniones sobre ocultismo, pero de acuerdo con su prejuicio materialista, rechazó radicalmente la cuestión como algo absurdo. Debieron transcurrir todavía algunos años hasta que Freud reconociera la importancia de la parapsicología y la autenticidad de los fenómenos ocultos.
Pero escuchémoslo de las propias palabras de Jung qué ocurrió en aquella ocasión:
Mientras Freud exponía sus argumentos, yo sentí una extraordinaria sensación. Me pareció como si mi diafragma fuera de hierro y se pusiera incandescente —una cavidad diafragmática incandescente. Y en este instante sonó un crujido tal en la biblioteca, que se hallaba inmediatamente junto a nosotros, que los dos nos asustamos. Creímos que el armario caía sobre nosotros. Tan fuerte fue el crujido. Le dije a Freud: «Esto ha sido un fenómeno de ex-teriorización de los denominados catalíticos.»
«¡Bah —dijo él—, esto sí que es un absurdo!»
«Pues no», le respondí, «se equivoca usted, señor profesor. Y para probar que llevo razón le predigo ahora que volverá inmediatamente a oírse otro crujido». Y, efectivamente: ¡apenas había pronunciado estas palabras se oyó el mismo crujido en la biblioteca!
No sé aún hoy por qué tenía tal certeza. Pero sabía con toda exactitud que el crujido iba a repetirse. Freud me miró horrorizado. No sé qué pensaba o qué miraba. En todo caso, este hecho despertó su desconfianza hacia mí y yo tuve la sensación de haberle hecho algo. Nunca más volví a hablarle de esto.
Este hecho, unido a varios sueños de Jung en los que interpretó que debía seguir su propio camino, construir su propia obra, llevó finalmente a la ruptura. Y de un modo tan radical, que ninguno volvió a nombrar al otro, solo Jung, al final de su vida, y en ocasión de la redacción de su autobiografía.
Biografía de Jung: íntima incertidumbre
Luego de la ruptura con Freud entró en una época que él mismo llamó de “íntima incertidumbre. Se trató de un periodo de desorientación de unos seis años en la que pasó la mayor parte del tiempo trabajando sobre sus propios sueños y fantasías.
Hay quienes califican esta etapa de la vida del médico suizo como su “enfermedad creativa”, pues la investigación de su propia realidad interior lo condujo al desarrollo de parte capital de su teoría psicológica.
Obra escrita y práctica psiquiátrica
Entre 1919 y 1944 Jung escribió la mayoría de sus principales obras, muchas en forma de ensayos individuales, compilados luego en varios tomos de las Colllected Works.
También se dedicó activamente a la práctica clínica, dictó seminarios en inglés y alemán, y realizó muchos viajes largos, entre ellos varios a EE.UU.
Participó en la fundación del instituto Jung en Zurich, en 1948, y fue su primer presidente, cargo en que se desempañó hasta 1950, cuando dejó de participar activamente en su dirección. Desde 1945 hasta su muerte, Jung vio cada vez menos pacientes, y se concentró en su labor sobre el significado psicológico de la alquimia, que culminó en su libro Mysterium Coniunctions.
La capacidad de Jung para conmover en lo profundo a sus pacientes y discípulos dio lugar a muchas historias sobre él en las que aparece como un dios. Pero quienes lo conocieron suelen coincidir en verlo como un ser extraordinariamente humano. Y ene efecto, en la película Te doy mi alma, podemos ver a un Jung que rompe con todos los estereotipos con los que se le ha querido encasillar.
De aspecto físico era alto, de hombros anchos, fuerte, y de apariencia saludable, con un rostro despejado y alegre.
Alpinista y excelente nadador vivió siempre a la orilla de un río o lago. Uno de sus intereses permanentes, durante toda su vida activa, fue el de construir y ocupar su famosa torre de Bollingen. El torreón, como también se le conoce, es un símbolo de su propia vida y obra.
El Torreón
Su necesidad de expresar el vivaz mundo inconsciente que albergaba, sobrepasaba el ámbito de las palabras, de modo que quiso construir en un paisaje, y usando la piedra como material, un sistema simbólico que expresara lo que las palabras no podían.
A través de mi trabajo científico fui asentando paulatinamente mis fantasías y los temas del inconsciente sobre terreno firme. Sin embargo, la palabra y el papel no me bastaron; necesitaba algo más. Tuve que reproducir en la piedra mis ideas más íntimas y mi propio saber, o hacer una confesión en piedra. Tal fue el principio del torreón que me construí en Bollingen. Puede parecer una idea absurda, pero así lo he hecho y significa para mí no sólo una satisfacción asombrosa sino también una culminación del espíritu.
Recuerdos, sueños, pensamientosConstruyó su torreón al lado de un lago, que es el símbolo universal del mundo inconsciente. La idea que albergaba, era que sirviera de hogar seguro, y no sólo en lo físico, sino también, y sobre todo, en lo psíquico. Esto lo llevó a escoger el círculo como la figura geométrica sobre la cual se levantó la primera torre de dos pisos. Posteriormente construyó un anexo, una segunda torre, para dar forma así a la idea arquetípica del gran 2.
Posteriormente sintió de nuevo cierta insatisfacción, y se trataba de su inconsciente que le decía que debía construir una nueva habitación, esta vez, para retirarse a solas. Lo cual se corresponde con la necesidad psíquica de soledad que ya desde la infancia había hecho de él un contemplativo. Esta habitación siempre estuvo bajo llave, y en las paredes pintó imágenes oníricas que para muchos resultaban inquietantes.
Tras la muerte de su esposa volvió a experimentar la necesidad de agregar algo a su obra, y se trataba de nuevo de un llamado de su psique, que necesitaba terminar de expresarse en esta obra arquitectónica.
Después de la muerte de mi esposa, en 1955, sentí el íntimo deber de llegar a ser lo que yo mismo soy. En el lenguaje de la casa de Bollingen: de repente descubrí que en el ala intermedia, que hasta entonces se alzaba insignificante y oculta entre los dos torreones, representaba, por así decirlo, a mí mismo o a mi Yo. Entonces lo aumenté un piso. Antes no hubiese sido yo capaz de ello; lo hubiese considerado únicamente una audaz ostentación. En realidad se manifestaba la supremacía del ego o de la consciencia alcanzada en la vejez. De este modo, un año después de la muerte de mi esposa, la obra quedó terminada. La construcción del primer torreón había comenzado en 1923, dos meses después de la muerte de mi madre. Estas fechas son significativas, porque el torreón, como veremos, está vinculado a los muertos.
Recuerdos, sueños, pensamientosEl Torreón significó para Jung la forma física de su proceso de individuación. La manera de ver en piedra, en lo más pragmático, el aprendizaje de toda su vida. Es, además, un testimonio que dejó a otros para que pudieran advertir en una obra arquitectónica los momentos del camino de desarrollo espiritual: el símbolo de la integridad psíquica.
Para el que sepa leer en símbolos, el torreón podrá decirle muchos secretos que la obra escrita de Jung no pudo expresar por medio de la palabra.
Jung: Final
De acuerdo a los discípulos más cercanos a Jung, la madrugada del 6 de junio de 1961, al desatarse una inesperada e inusual tormenta, un poderoso rayo destrozó el árbol plantado por Jung bajo cuya sombra solía sentarse a meditar, era su árbol preferido.
Y fue en ese momento misterioso, en ese preciso instante, en que el padre dela teoría de la sincronicidad murió. El árbol, a quien Jung había dado el significado del Sí mismo y el camino de individuación, era atravesado por el rayo: símbolo de la divinidad.
El siguiente, es un documental en el que se narra el lado más humano de Jung, y donde se puede observar cómo era visto él por su familia.