Con la reciente incorporación del dióxido de cloro (CDS) en el tratamiento para el covid-19 por parte de cientos de médicos e incluso algunos países, se ha desatado una polémica acerca de la posible toxicidad del CDS. En este artículo analizaremos de manera objetiva todo lo referente a la toxicidad del Dióxido de Cloro.
Toxicidad del Dióxido de Cloro
La polémica acerca de la posible toxicidad del CDS no es nueva. En efecto, esta viene desde hace años, cuando, primero Jim Humble, y luego Andreas Kalcker, lo promovieron para tratar algunas enfermedades, como la malaria.
No obstante la pugna renace en este momento en que el Covid-19 rebrota en varias partes del mundo. En este marco, varios protocolos compiten para tratar la pandemia. Y al menos dos vacunas están preparando su entrada al mercado farmacéutico.
Algunos médicos, entre ellos la Dra. Rita Denegri en Perú, han estado usando el CDS para tratar el covid-19. Este paso hacia un tratamiento efectivo y de bajo costo, ha contado con la reacción de varios detractores que aseguran que el Dióxido de Cloro es tóxico, generando así una matriz de desinformación en la población. Debido a esto, la Dra. Denegri ha salido al paso, mostrando con pruebas que reflejan análisis y datos científicos confiables, que el CDS no es nocivo para la salud.
Informe sobre la toxicidad del Dióxido de Cloro
El informe al que hacemos referencia se titula Toxicological review of chlorine dioxide and chlorite. In support of sumary informations on the integrated risk informations sistem (Revisión toxicológica de dióxido de cloro y clorito. En apoyo de información resumida sobre el sistema integrado de información de riesgos). El mismo fue realizado por la Agencia de registro de sustancias tóxicas y enfermedades del Departamento de salud y servicios humanos de EE. UU.
Se trata de un informe toxicológico en el que se refieren diversos estudios hechos en animales, extrapolables a humanos, sobre los posibles efectos nocivos de la ingesta del CDS. La conclusión general del estudio es que la ingesta de CDS no tiene efectos adversos en humanos adultos ni neonatos en ingestas de dosis de probabilidad real. Es decir, ninguna dosis que pueda ser ingerida de Dióxido de Cloro, causaría la muerte.
Pero hace falta poner en contexto estos resultados. Y de hecho, la dosis indicada de CDS para adultos es de 60 ml al día diluidos en agua y repartida en varias tomas. De acuerdo a las pruebas de laboratorio, haría falta una ingesta de 10.000 ml por kg de peso para que sea letal. Esto es, una persona con un peso de 70 Kg, debería tomar 700.000 ml, es decir, 700 litros de Dióxido de cloro, para morir. Es decir, una cantidad imposible de ingerir. De hecho, existen casos en los que personas han intentado cometer suicido con CDS, obviamente con resultados infructuosos; ningún caso de intento de suicidio con dióxido de cloro ha sido efectivo.
Inexistencia de pruebas sobre la toxicidad del Dióxido de Cloro
En oposición con el informe elaborado por el Departamento de salud y servicios humanos de EE. UU., no existe ninguna prueba científica que pruebe que el CDS es tóxico. Lo cual contrasta con la cantidad de detractores que afirman que esta sustancia es letal.
La solicitud de la Dra. Denegri, así como una cantidad significativa de médicos que están usando el dióxido de cloro para tratar el covid-19, es que aquellos que afirman la toxicidad el CDS, muestren con pruebas sus afirmaciones.
Del mismo modo piden que instituciones como la Organización Mundial de la Salud, realicen estudios clínicos-experimentales que develen toda la verdad sobre las propiedades curativas de esta sustancia química.
¿Ciencia o cientificismo?: la falsa toxicidad del Dióxido de Cloro
Es innegable todo el bien que ha hecho la ciencia por la humanidad en materia médica. Tan innegable es, que no hace falta referir todos sus aportes en esta área. Sin embargo es también evidente que el cientificismo, es decir, la ciencia hipertrofiada, obstaculiza en ocasiones y detiene el avance del bienestar de esa misma humanidad.
En el caso del CDS, el cientificismo, o ciencia inquisitoria, ha tratado de detener su uso, cada vez más extendido, para el tratamiento de un número importante de enfermedades. Entre los argumentos que esgrimen, se encuentra principalmente el que apunta a afirmar que el Dióxido de Cloro es letal para la salud humana.
Es extraño, sin embargo, que poseyendo la ciencia un método eficaz para realizar las pruebas necesarias y mostrar así con fundamentos empíricos la toxicidad del CDS, no lo haya hecho hasta ahora.
En cambio se encargan de difamar, (cosa poco científica pues la ciencia es “conocimiento” y no “opinión”), a los médicos que lo indican a sus pacientes el dióxido de cloro con resultados satisfactorios.
La ciencia es lenta y la vida pasa rápido
Los protocolos que impone la ciencia para que un medicamento sea aprobado oficialmente, son muy lentos. No obstante el enfermo que no encuentra alivio con los remedios convencionales, carece precisamente de tiempo y lo que desea es sanar.
Esta lentitud propia de la ciencia, en el caso del CDS se ha hecho aún más morosa. Es decir, no solo se ha impuesto la lentitud propia de estos protocolos, sino que además todas las iniciativas en materia de salud que se llevan a cabo con esta sustancia, son entorpecidas por diferentes medios.
Nitroglicerina, cocaína y heroína Vs. CDS
La nitroglicerina, un elemento esencial en fórmulas explosivas de alta peligrosidad, es usada en medicina como vasodilatador. Por su parte la cocaína, que fue indicada por Freud como antidepresivo, y que hoy sabemos que es un psicoactivo que causa dependencia, es utilizado como anestésico local. De igual modo el principio activo de la heroína, altamente adictivo como droga, es parte de algunos medicamentos para aliviar la tos.
Si comparamos la peligrosidad de las sustancias mencionadas con la inocuidad del CDS, es muy significativo entonces que una sustancia utilizada fundamentalmente para purificar el agua y hacerla potable, cause tanto revuelo en la comunidad científica.
El CDS es tóxico, sí, pero no para la salud
Finalmente, queda en evidencia que hay un interés no confesado en hacer ver al Dióxido de Cloro como una sustancia tóxica sin prueba alguna que avale esta acusación. De esta manera es claro entonces, que el CDS es tóxico, sí, pero no para la salud humana, sino para los intereses de algunos grupos de poder.