Sabiendo ya qué es a carta astral, así como el resto de los componentes de la astrología, ha llegado el momento de adentrarnos en el estudio de los tránsitos astrológicos. Debemos tomar en cuenta que el tema natal está siendo influido constantemente por el movimiento de los planetas en el sistema solar. Y es a estos aspectos astrológicos que influyen en nuestras vidas, que denominamos tránsitos planetarios en astrología.
Tránsitos astrológicos: la actualización de nuestra carta natal
Al nacer tenemos una configuración astrológica determinada, que es lo que se ha dado en llamar carta astral. Ahora bien, los planetas no se detienen en su movimiento en torno al cinturón zodiacal, de manera que el astrólogo puede ir viendo cómo estos van ingresando a las diversas casas de la carta y transitando a través de ellas.
En estos tránsitos astrológicos, además, los planetas formarán en sus recorridos aspectos con los planetas natales del nativo. Ambos procesos (el recorrido de los planetas por las casas y signos, así como los aspectos que forman los planetas en tránsito con los natales) son susceptibles de ser interpretados. De este modo, nuestra carta astral está constantemente transformándose, actualizándose.
Tránsitos astrológicos: oportunidad de cambio y transformación
Las oportunidades de cambio y transformación que sugieren los aspectos natales, se hacen posibles gracias a que los tránsitos astrológicos existen. Y en efecto, una cuadratura natal Marte-Sol, por ejemplo, que exige al nativo negociar entre su energía autoafirmativa y la obediencia a la autoridad, se hará posible cuando un planeta en tránsito aspecto a uno de estos dos planetas natales.
Supongamos que es Urano en tránsito el que hace un trígono al Sol natal del nativo. En este momento, el individuo está en capacidad de resolver su cuadratura natal, que seguramente lo habrá llevado a tener problemas con figuras de autoridad, y encontrar que él mismo es su propia autoridad. La fluidez del trígono le hará más fácil desarrollar la consciencia necesaria para llevar a cabo esta tarea de autodesarrollo.
Ahora bien, supongamos en cambio que es al Marte natal que Urano hace aspecto, y ya no un trígono sino una oposición. En este caso el nativo necesitará revelarse contra alguna figura de autoridad que le está coartando su proceso evolutivo. Así, el tránsito en cuestión otorgará al individuo el valor necesario para actuar en este sentido y su propio beneficio.
Tránsitos astrológicos: la agenda del Universo
Se habrá notado que hay un sentido de predeterminación en lo que “hacen” los tránsitos en nuestras vidas. En este sentido sería conveniente revisar de nuevo las bases teóricas de la astrología: Ley de correspondencia, sincronicidad y entrelazamiento cuántico. Así entenderemos que hay una necesidad evolutiva en el individuo que lo hace estar en correspondencia, sincronizado y entrelazado con los movimientos universales de modo que este proceso se desarrolle satisfactoriamente.
Así, conocer los tránsitos astrológicos por los que estamos atravesando, nos hará de igual modo saber cuál es la agenda del universo (macrocosmos) para con nosotros (microcosmos) y así ajustarnos a esta necesidad tanto exterior como interior.
Hay que aclarar que conocer los tránsitos no es lo mismo que conocer el futuro, pues la psicoastrología no presume de ser predictiva, pero sí nos avisa cuáles son las energías que estarán actuando en nuestro favor y en nuestra contra en un momento determinado.
El astrólogo no predice el futuro, pero advierte el clima astrológico
Más que un adivino, el astrólogo se parece al “hombre del tiempo”, que nos dice cuál es el clima en un día determinado y así nosotros podamos decidir qué hacer: si el día será soleado podremos planificar un paseo al campo; si será lluvioso, en cambio, quizá prefiramos quedarnos en casa y escribir una conferencia.
Sea cual sea la decisión que tomemos, el astrólogo no podrá decirnos qué nos sucederá. Eso sólo lo sabremos nosotros una vez haya ocurrido el tránsito. Pongamos por caso que (siguiendo la analogía con el tiempo del ejemplo anterior), decidamos salir de casa un día de borrasca, ese día quizá conozcamos al amor de nuestras vidas en vez de que nos suceda una desgracia.
No son pocos los casos de consultantes que manifiestan haberse casado bajo un tránsito Plutón-Saturno, por ejemplo, que es uno de los tránsitos más “borrascosos” que hay, y afirmar que ha sido una de las experiencias más transformadoras de sus vidas. No siempre nos enamoramos con aspectos Venus-Marte, ni morimos con aspectos de Plutón.
Tránsitos astrológicos: ¿Qué planetas interpretar?
Entre más lento sea el recorrido de un planeta por nuestra carta natal mayor será su efecto en nuestras vidas (la velocidad del planeta es proporcional a la distancia que posee con respecto al Sol). Y en efecto, un planeta como Mercurio, por ejemplo, dada su gran rapidez, no aspectará a nuestros planetas natales por más de unos cuantos días.
Este hecho hace que en la interpretación no se tomen en cuenta los planetas rápidos, sino sólo aquellos cuyos movimientos pueden durar lo suficiente como para que su efecto en nuestras vidas sea perceptible. Así, los planetas a interpretar serán de Saturno hasta Plutón (en algunos casos podrá incluirse a Júpiter).
Tránsitos planetarios: al encuentro del cambio
Como se ha advertido, los tránsitos astrológicos nos hablan de movimiento, transformación y cambio. Un antiguo dicho griego señala: “Los dioses acompañan a aquellos que los siguen, arrastra en cambio a quienes se les oponen”.
Este es el mejor consejo que un consultante puede recibir de su astrólogo, esto es: salir al encuentro del cambio que traen los tránsitos astrológicos en vez de resistirse. Quien se resiste al cambio se estanca y enferma, mientras que el que se adapta y cambia crece y evoluciona.