Tal como lo refiere Antonio Branco, hoy en día existen más de 800 tipos de propuestas psicoterapéuticas, lo cual hace de la práctica psicológica una auténtica Torre de Babel. La psicología holística a su vez, posee numerosas variaciones, que van desde la aglutinación arbitraria de sistemas psicológicos en un paradigma forzado, hasta propuestas con métodos rigurosos y confiables. En este artículo daremos cuenta de este último enfoque, haciendo énfasis en el modelo planteado por Ken Wilber: los cuatro cuadrantes.
¿Qué es la psicología holística?
El holismo, del griego hólos: «totalidad», es una propuesta metodológica y gnoseológica que consiste en el estudio sistemático de la realidad, en oposición al análisis descriptivo y parcial de la misma, que es lo que caracteriza a la ciencia occidental moderna.
De esta manera, la psicología holística propone el estudio de la realidad humana a partir de su totalidad (psique, cuerpo, espíritu) y no solo a partir de la mecánica cerebral, como la estudia la psiquiatría biologicista, o mental, como lo aborda la psicología convencional.
La psicología holística, además, es por naturaleza interdisciplinaria, es decir, incorpora diversas disciplinas a sus métodos de estudio de la realidad humana: religiones comparadas, arte, filosofía, cibernética, terapias alternativas, constelaciones familiares, etc.
¿Cuál es el objetivo de la psicología holística?
La psicología convencional procura el desarrollo de la personalidad y la conducta, así como una buena adaptación al medio sociocultural del individuo. No obstante, descuida o no toma en cuenta otros aspectos de lo humano que son necesarios para mantener un buen estado de salud mental.
Las tradiciones espirituales, por el contrario, han puesto su atención en las dimensiones superiores del desarrollo, sin tomar en cuenta el cultivo de una personalidad sana.
De este modo, la psicología convencional se centra en los aspectos más terrenales del humano mientras que las tradiciones espirituales lo hacen en las bandas celestiales.
La psicología holística, sin desestimar la importancia de fomentar una personalidad estructurada, pone también su atención a las dimensiones superiores del desarrollo, como son la existencial y la transpersonal o espiritual.
De este modo, la psicología integral, como también se le conoce, tiene como objetivo equilibrar la balanza y darle a cada dimensión de lo humano el lugar que le corresponde al momento de acercarse al estudio y fomento de la salud psíquica del individuo.
La necesidad de un método para la psicología holística: los 4 cuadrantes
Si trazamos una línea horizontal en un plano determinado obtendremos una primera categorización: arriba lo individual, abajo lo colectivo. Si, luego, trazamos otra línea en el mismo plano, pero esta vez vertical, obtendremos una nueva división: a la izquierda lo interior, a la derecha lo exterior.
Con esta simple división de un plano en cuatro cuadrantes, obtenemos un mapa de la totalidad, esto es, toda realidad posee un nivel individual y otro colectivo, así como un nivel interior y otro exterior.
De modo que el cuadrante superior izquierdo sería individual interior (subjetividad del individuo: yo), el superior derecho individual exterior (objetividad del individuo: ello), el inferior izquierdo es interior colectivo (nosotros, la cultura), y el inferior derecho exterior colectivo (ellos, la sociedad: concreción objetiva del lenguaje simbólico que constituye la cultura).
Todos los abordajes psicológicos que conocemos y sus enfoques terapéuticos pueden ubicarse en alguno de estos cuatro cuadrantes. Veamos unos pocos ejemplos:
Psicoanálisis
Psicología transpersonal
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Psicología clínica o psiquiatría
Conductismo
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Psicología existencial
Etnopsiquiatría |
Psicología social
Psicología sistémica |
De esta manera la psicología holística cuenta con un método que le permite ubicar los cuatro aspectos principales de la salud mental: conducta, personalidad, espiritualidad (que incorpora el aspecto existencial del individuo) y socialización, de modo que el paciente es tratado como un todo, y no como un ser fragmentado.
¿Cómo procede un terapeuta holístico?
Para una mayor comprensión del tema que venimos planteando, hagamos algunas consideraciones puntuales y demos ejemplos.
El origen del malestar emocional no siempre es el mismo. Una depresión, por ejemplo, puede tener un origen físico, como puede ser el caso de algún desarreglo del sistema nervioso o endocrino. Pero también puede tener una etiología mental, como el caso de problemas del desarrollo o adaptación. Pudiera darse de igual modo el caso de que esta depresión se deba a motivos existenciales, como la falta de sentido o complejo de vacuidad. Pero esta psicopatología podría deberse también a un estadio de desarrollo espiritual, como el que San Juan de la Cruz denominó “noche oscura del alma”.
Pues bien, el psicólogo holístico no solo deberá diagnosticar el tipo de presión emocional que padece su paciente, sino el origen de esta patología, y en los términos que venimos planteando, ubicarla en alguno o varios de los cuatro cuadrantes.
Si se tratara de un desorden físico lo ubicará en el cuadrante superior derecho, y en consecuencia, tratará al paciente desde la psicología clínica.
De tratarse de un desorden mental, lo ubicará en el cuadrante superior izquierdo y tratará al paciente con alguna de las terapias propias de esta dimensión, como el psicoanálisis, por ejemplo.
Si el caso es por motivos existenciales, en cambio, lo ubicará en el cuadrante inferior izquierdo y lo abordará a través de la psicología existencial. Y en efecto, si el paciente presenta síntomas de vacuidad de sentido, quizá lo más conveniente sea hacer Logoterapia.
En caso de una noche oscura del alma, que es un malestar espiritual, el psicólogo holístico deberá hacer uso de la psicología transpersonal, en la modalidad que considere más conveniente.
Psicología holística: un gran método y un gran reto
Como se habrá podido observar, la psicología holística es, en la versión propuesta por Ken Wilber, un método confiable y riguroso para tratar de manera efectiva e integral cualquier psicopatología.
Sin embargo constituye al mismo tiempo un gran reto para el psicólogo integral, pues como se habrá notado, su formación debe ser también holística, esto es, deberá abarcar la totalidad del espectro de la consciencia.
Esta dificultad, no obstante, puede ser zanjada si tomamos en cuenta el carácter interdisciplinario de esta disciplina. Y en efecto, la mayoría de los psicólogos holísticos trabajan en equipos que involucran profesionales de muy diversas áreas, entre estas, las relativas a la espiritualidad.
En el siguiente video, Wilber nos enseña a «limpiar», «despertar» y «crecer» a través de la psicología holística: