Proyecto de revelación del Dióxido de Cloro
El Dióxido de Cloro o CDS ha resultado ser un contundente tratamiento para muchas enfermedades y dolencias, incluida la Covid-19 que afecta actualmente toda la humanidad.
Es repugnante ver como en este escenario mundial, somos presa de los intereses ocultos y egoístas de solo unos pocos, que manipulan, difaman y conspiran para que no salga la verdad del CDS, con la complicidad consciente o inconsciente de organismos médicos y medios de comunicación, consiguiendo incluso crear una resistencia popular activa, en contra de la sustancia y la gente que la usa y promueve.
Por otro lado, desde el confinamiento mundial observamos como estos conspiradores han necesitado activar la maquinaria disuasoria, síntoma de que el asunto ya se les escapaba de las manos, hasta ese momento, en los 15 años de conocimiento y uso de la sustancia, les fue suficiente simplemente con mantenerla oculta y alejada de la medicina, y difamar a personas como Andreas kalcker o Josep Pamies
Pero desde el momento que vieron la efectividad preventiva y curativa del Covid-19 y su difusión por medios tecnológicos y sociales, entraron en pánico y no tuvieron más remedio actuar proactivamente. El engranaje básico de la campaña de desinformación y manipulación fue el siguiente: la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos) creó un comunicado disuasorio (sin base ni validez en ningún sentido) advirtiendo de su toxicidad y de los problemas que podría causar consumir la sustancia, así como que son «falsas» las informaciones que circulan sobre que sea un tratamiento efectivo para el Covid-19. Dicho comunicado fue propagado hacia organizaciones médicas mundiales y agencias de medicamento nacionales, y de ahí hacia estamentos médicos más regionales (colegios médicos etc..).
La narrativa oficial ya estaba creada, ya solo faltaba esparcirla, de ello se encargaron los medios de comunicación que la repitieron como loros, haciendo uso de comunicados y alertas generadas por los estamentos médicos y relacionados, junto con la creación de otras noticias falsas (fallece por ingesta de CDS…) y asustar a los médicos que osaran a utilizarlo. Para terminar de rizar el rizo tenemos a Facebook censurando, Youtube borrando videos, y a los recientes «verificadores de información» propagando como verdades los puntos clave de la narrativa oficial: es tóxico, es peligroso, no cura el virus, es lejía…
Pero hay una buena noticia: tarde o temprano la verdad emergerá. Si analizamos la situación lo que tenemos es:
- Una sustancia capaz de prevenir y curar un gigantesco número de enfermedades, con la capacidad de hacer desaparecer de un plumazo un gran porcentaje de la nefasta industria farmacéutica y medicamentos.
- La experiencia innegable y creciente de la gente que ya ha experimentado las bondades del CDS y por tanto ha trascendido la censura y comprendido la manipulación.
- La ciencia y los estudios científicos están del lado del CDS aunque intenten (de momento con éxito) hacer parecer justo lo contrario.
- Una asociación mundial como COMUSAV compuesta por más 3000 médicos y otros profesionales que usan, documentan y difunden el CDS.
En el lado contrario lo que tenemos a día de hoy es una campaña disuasoria bien plantada, sostenida, en su mayor parte inconscientemente, por los actores médicos y de comunicación, que han conseguido disuadir del CDS a un gran porcentaje de la población, e incluso han conseguido muchos se conviertan en detractores activos….. pero…esta campaña engañosa cuelga de una cuerda cada vez más deteriorada, en el sentido de que los que ya han experimentado o trascendido el engaño, a esos ya no hay forma de engañarles, sin embargo en el otro sentido, la información y la experiencia va llegando cada vez a más gente, a la par que los detractores si van cambiando de bando…
¿Cuánto se va a poder sustentar este engaño? -> el tiempo que se lo permitamos…
Es el momento de empujar!
El mundo está «secuestrado» con una «pandemia» que están aprovechando para conducirnos a escenarios negativos para la humanidad, pero, la «pandemia» tiene solución: Dióxido de Cloro
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