¿Qué es la Armica?
La arnica es una planta de la familia de las asteráceas que se caracteriza por sus flores de un tono amarillo muy intenso. Estas flores son tóxicas y de la planta tan solo se aprovechan las hojas, aunque estas tradicionalmente se recogen en el momento de la floración.
Precisamente, en la toxicidad de sus flores está el origen del nombre de esta planta, que era denominada por los antiguos griegos como pragmique, de pragmos que significa estornudo, pues olerlas causaba este efecto. Por este motivo se les conoce popularmente como estornuderas.
Aunque siempre ha sido una planta muy habitual en zonas montañosas, cada vez es más difícil de encontrar debido a su gran sensibilidad a la contaminación.
Propiedades y beneficios de la Armica
Esta planta contiene diversos ácidos, como el cafeico, el clorogénico y el gálico. También contiene timol, luteolina, helenalina y diihidrohelenalina. Esto le confiere diversas propiedades:
- Antinflamatorias: Esta planta es muy efectiva en el caso de golpes ya que ayuda a reducir la inflamación y evita que salgan moretones. Alivia la hinchazón y el dolor en el caso de una torcedura y actúa en enfermedades crónicas de los huesos o las articulaciones como la artritis y el reuma. También en aquellas que conlleven un proceso inflamatorio, como es la gota o las varices.
- Antibacterianas: Se utiliza para curar el acné y para sanar todo tipo de úlceras siempre y cuando no estén abiertas. Esto incluye las aftas bucales.
- Otras propiedades: Se le atribuyen propiedades beneficiosas para la piel, por lo que se recomienda tras el embarazo para ayudar con las pequeñas estrías que aparecen en el vientre y en las caderas.
Usos de la Arnica en homeopatía
La árnica está considerada uno de los remedios clave en homeopatía. Es uno de los 25 policrestos, es decir, remedios con un amplio campo de actuación que han demostrado sus beneficios en una gran cantidad de síntomas.
En homeopatía, cada policresto refleja también un tipo de personalidad y en el caso de la arnica hablamos de individuos a los que les cuesta expresar lo que llevan dentro, que reúsan el contacto físico y que jamás reconocen estar enfermos, llegando incluso a negar este hecho cuando es muy evidente.
Son personas que asumen demasiada responsabilidad, quizás porque no confían en nadie para delegarla, pero todo ese estrés acaba volviéndolos irritables y bastante complicados. Estas personas, al desequilibrarse, pueden sufrir las enfermedades que se enumeran a continuación y que pueden combatir con arnica.
Al contrario que en la medicina convencional, en la medicina homeopática se considera que la arnica tiene una gran influencia no solo en los golpes físicos, sino también en los que afectan a la mente. Por eso, además de utilizarse como anti-inflamatorio para todas las enfermedades ya descritas también se usa para ayudar a recuperarse de los shocks emocionales.
Como se toma diluido a muy bajas dosis, puede emplearse también para los catarros y gripes, especialmente cuando hay fiebre y se siente un gran calor en la frente pero frío en el cuerpo o cuando hay pinchazos dolorosos en la zona pectoral.
Se utiliza también para problemas de mal olor en el aliento o en las heces y para los casos de gases dolorosos. Es recomendada si hay cistitis causada por un impacto.
Uso de la Arnica en la medicina convencional
En la medicina tradicional, esta planta se ha utilizado en forma de ungüentos, tinturas y compresas aplicadas directamente en la zona afectada por un golpe ayudando a reducir los moretones y las inflamaciones.
Para su uso sobre la piel se utilizan principalmente las tinturas y, en el caso de enjuagues bucales, las infusiones muy diluidas.
Hay que tener en cuenta de que la planta es muy tóxica, por lo que en ningún momento se puede ingerir.
En la medicina convencional la arnica forma parte de un gran número de cremas y ungüentos farmacéuticos en los que se aprovechan sus propiedades anti-inflamatorias. También se añade a champús o geles por sus propiedades bactericidas.
Se han realizado diversos estudios en los que se observaba que la arnica podía ayudar a curar catarros o congestiones de pecho, pero dada la toxicidad de la planta, sus efectos secundarios al añadirla a jarabes y otros medicamentos resultaron ser más dañinos que beneficiosos, por lo que actualmente la opción mayoritaria es no utilizar este tipo de productos.