Los alimentos ricos en vitamina E devuelven elasticidad a nuestro pelo y evitan que se caiga
El verano es la mejor época para disfrutar del mar, del sol y de las actividades al aire libre, pero conlleva algunos riesgos para nuestra salud. Los principales son las quemaduras solares en la piel, la deshidratación o la insolación y para evitarlos existen métodos preventivos de sobras conocidos, como el uso de cremas protectoras, beber abundante agua y evitar exponerse al sol en las horas centrales del día.
Pero a menudo olvidamos una parte de nuestro cuerpo que también sufre especialmente durante el verano: hablamos del cabello. Los peores enemigos de nuestro pelo son los rayos ultravioleta, que hacen que pierdan color y elasticidad. El exceso de sudor, el cloro de las piscinas y el agua salada también atacan a la estructura de nuestro cabello. Si añadimos además otros elementos potencialmente agresivos como son los tintes, las lacas, las espumas o las gominas fijadoras, el resultado puede ser un cabello estropeado, reseco, descolorido y carente de brillo.
La vitamina E, la mejor ayuda para nuestro pelo
Las cremas hidratantes, las mascarillas y los champús a base de hierbas son muy útiles para devolver a nuestro cabello la elasticidad perdida. Pero serán doblemente efectivos si contienen un elemento esencial, la vitamina E.
La vitamina E es un potente antioxidante que contribuye a proteger a nuestras células frente al envejecimiento. Además, ayuda a que los folículos pilosos estropeados vuelvan a regenerarse, evita la caída del cabello y devuelve vigor y elasticidad a nuestro pelo.
Fuentes de vitamina E
Además de aplicar sobre nuestro cabellos champús y productos revitalizantes que contengan vitamina E, es conveniente trabajar también desde dentro, es decir, incorporar a nuestro organismo alimentos y preparados que incorporen también esta vitamina.
Existen numerosos productos en el mercado que aportan vitamina E, como cápsulas, perlas o comprimidos, pero si cuidamos nuestra alimentación obtendremos así mismo muy buenos resultados.
Las principales fuentes naturales de vitamina E son:
- Aceites vegetales de primera presión, principalmente el de girasol. Este tipo de aceite proviene de una semilla y es allí donde se concentra principalmente la vitamina E. Otros aceites igualmente recomendables son los de germen de trigo, oliva, maíz y soja.
- Frutos secos, fundamentalmente nueces, almendras, avellanas y cacahuetes. Todos ellos poseen vitamina E. Con un par de puñados de estos frutos tendríamos suficiente para cubrir nuestras necesidades diarias.
Otros alimentos que también aportan vitamina E son:
- Vegetales de hoja verde, como el brócoli o las espinacas.
- Huevos, principalmente la parte de la yema. La yema aporta vitaminas E y D.
- Polvos de especias como el chili, la paprika o la cayena.
- Pescados ricos en grasas, como el camarón o las sardinas.
- Aguacate: aporta grasas saludables y una cantidad apreciable de vitamina E.
Marcarillas ricas en vitamina E
Existen numerosas recetas de mascarillas caseras para el cabello ricas en vitamina E. Os ofrecemos dos ejemplos muy fáciles de elaborar y con el huevo como ingrediente principal:
- Aguacate, huevo y miel: pelamos ½ aguacate, y lo licuamos añadiendo 2 cucharadas de agua. Mezclamos la pasta resultante con 2 huevos, 5 cucharadas de miel y unas gotas de aceite de oliva. Aplicaremos la mascarilla sobre el pelo y la dejaremos actuar durante una media hora. Después es aconsejable lavar el cabello con un champú natural.
- Huevo y yogur: mezclamos un yogur natural con un huevo y lo removemos hasta conseguir una pasta. Aplicaremos la mascarilla durante una media hora y lavaremos después el cabello con un champú natural.
Para que las mascarillas actúen mejor y más rápidamente es recomendable cubrir nuestro cabellos con un plástico. Cuando el cabello está muy dañado, lo más aconsejable es repetir la operación un par de veces a la semana. A medida que el problema se vaya resolviendo, podremos ir espaciando las aplicaciones.